jueves, 5 de junio de 2014

HISTORIA SECRETA DE LA IGLESIA CATÓLICA EN ESPAÑA ( 1ª PARTE)



Siempre he sido un gran admirador de sus novelas, las cuales, da gusto leer. Y hay una cosa que mueve a César Vidal, y es decir la Verdad. Recientemente, ha publicado un nuevo ensayo de casi 1000 páginas, llamado “Historia Secreta de la Iglesia Católica en España”, el cual, me encuentro leyendo aun. Pero estoy ya avanzado, y creo oportuno comenzar su análisis, el cual, me va a llevar dos entregas, para poder hacerle justicia a este interesantísimo libro, con el que he aprendido bastantes cosas.

Tampoco vamos a hacer una tesis histórica a raíz del mismo ni nada parecido, porque no es el objetivo del presente artículo. Ahondaremos un poco en determinadas cuestiones, tampoco mucho, porque a fin de cuentas, se trata de crear cierto interés para que vosotros decidáis adentraros en su lectura. Este sería el primer objetivo de estos dos artículos. Por otro lado, hay otra meta que persigo con ellos, y es cerrar la boca de unos cuantos talibanes y meapilas, que no dudarán en tildar mis palabras de heréticas. Ante todo diré que lo reproducido aquí, son las conclusiones a las que llega César Vidal como Historiador, a partir del pormenorizado estudio de documentos puramente católicos, entre ellos, encíclicas papales. Por lo que no son cosas que salgan de mi imaginación ni pretendo contribuir a ninguna clase de leyenda negra.

¿Sería justo decir a raíz de la lectura que la Iglesia toda ella es mala? No, para nada. Porque, como siempre he dicho y diré, la Iglesia no solo está formada por la Curia. Está en todos nosotros, las personas de Fe. Y hay muchos sacerdotes y monjas que están en diferentes lugares del mundo, plagados de miseria, enseñando la palabra de Dios, es decir, Evangelizando, que es la principal misión de la Iglesia. Cuestión aparte es que, desde un punto de vista Histórico, y actual, haya una serie de personajes que han llegado a ser Obispos y Cardenales, que se han olvidado del asunto de la evangelización, y se dedican a vivir la “dolce vitta”. Un ejemplo reciente podemos encontrarlo en el Cardenal Bertone, quien parece tener un ático de lujo que haría las envidias de algún que otro millonario. Esto tampoco es un invento, pues ha salido publicado en prensa, con fotos y todo. Si alguien quiere verlo, solo tiene que clickar en el siguiente enlace:


Pero el caso de Bertone digamos que es menos si lo comparamos con algunos obispos, que en España, han sido el soporte moral del Nacionalismo y de cierto grupo terrorista; o por ejemplo, una aparecida ayer en un periódico de tirada nacional y en otro digital. Creo que son los dos únicos que la han sacado. Y es que en la muy católica Irlanda, han encontrado un cementerio pegado a un convento, en el cual, hay unos 800 esqueletos de bebés, que en vida recibieron algún que otro maltrato, además de que sus madres eran explotadas en la lavandería del mismo. Para más información, podéis entrar en los siguientes enlaces:



No me voy a meter en el asunto de los abusos famosos porque no viene al caso y además, es de sobra conocido por todos. Esto pretendía ser más que nada una breve introducción para lo que vendrá ahora. Y es que, leyendo el libro de César Vidal, se descubre por qué se dice tanto eso de que España es diferente. Igual que nos sucede a nosotros, les ocurre a Italia, Portugal, Grecia, y otras naciones que en ningún momento abrazaron la Reforma Protestante, y nunca se han preocupado por modernizarse. Entre otras cosas, no podían, porque ya había una institución que se preocupaba por el destino de estos pueblos: la Iglesia católica.

La obligación de un Historiador, y de alguien que sea aficionado al estudio de esta materia, es muy sencilla: decir la Verdad. Y eso implica no solo poner la lupa en las cosas buenas de un personaje o institución, sino también en decir las cosas que se han hecho mal. Porque para eso está la Historia, para que aprendamos de ella y dejemos de matarnos los unos a los otros. Estoy convencido de que a más de uno no le van a gustar las palabras aquí vertidas, y francamente, me es inverosímil. Porque yo escribo para aquellos que siempre estén dispuestos a debatir, a dialogar y a aprender algo nuevo. Y como siempre digo, los que no estén de acuerdo, pueden desde luego decírmelo sin ningún problema, pero siempre desde un mínimo respeto y una racionalidad alejada del fanatismo que nos permita construir un diálogo productivo.

Y es que, efectivamente, nuestro país es muy diferente a aquellos que se adentraron en la Reforma Protestante, especialmente por nuestra visión particular de la ética del trabajo, la Educación, la mentira y otros asuntos que abordaremos ahora lo más resumidamente posible, haciendo un gran esfuerzo por clarificar cuestiones básicas que susciten vuestro interés para profundizar más en el libro.
Y cuenta la Historia que Santiago nunca jamás llegó a España. Las primeras predicaciones de las que hay constancia en nuestro país son las de Pablo de Tarso, del cual, también poco se conserva. De hecho, la sencilla Fe de Jesús el Judío, había experimentado unas cuantas mutaciones, según las palabras del cardenal anglicano J.H Newman:

El uso de templos; el incienso, las lámparas y velas; las ofrendas votivas al curarse de una enfermedad; el agua bendita; los asilos; los días y épocas sagrados; el uso de calendarios, las procesiones, las bendiciones de los campos, son todos de origen pagano y santificados por su adopción en la Iglesia”

Sí, siento decirlo, pero es así. El catolicismo que se profesa actualmente, especialmente en cuestiones de rito, tiene un origen pagano, de hecho las organizaciones cristianas de los tiempos de Constantino, vieron esto con buenos ojos, porque ya vislumbraban la posibilidad de convertirse en una religión cercana al emperador y oficial algún tiempo después. Recordemos que Constantino era pagano, y se bautizó en su lecho de muerte. Es en este contexto cuando nace la figura de Prisciliano, el “Primer Disidente” ejecutado por la Iglesia en nuestro país, de quien sabemos muy poco. Según el retrato escrito por Sulpicio Severo, Prisciliano “era de familia noble, rico, inquieto, de carácter fuerte, aficionado a la mucha lectura, muy dispuesto a la predicación y la discusión, que habría tenido éxito de no haberse corrompido su talento bien dotado con aficiones equivocadas”.

Podemos imaginarnos ya por donde van los tiros en lo de las “aficiones equivocadas”. Y es que Prisciliano era peligroso, porque se le ocurrieron algunas cosas que ponían en duda el criterio de la Iglesia, “como el estudio y la enseñanza de las Escrituras aparte de lo dispuesto por la jerarquía, la insistencia en que el obispo debía ser designado por la congregación y no por el resto de la jerarquía y un papel mayor para la mujer en el seno de la comunidad”. Es en este personaje donde encontramos la semilla que después dará sus frutos en la Reforma Protestante del siglo XVI. Aparte de que Prisciliano no tenía un papel relevante en la Sociedad, y sus seguidores eran más  bien pocos, pero hubo algún obispo que vio peligrar su diócesis, y se llegó a la conclusión de que si alguien que carece de importancia logra que le siga la gente, es porque debe ser un hechicero. Ya podemos imaginarnos el final de esta historia con la ejecución de Prisciliano.

Me he detenido un poco más en esto porque es donde podemos encontrar la tónica a seguir por parte de la Iglesia en siglos venideros. Y es que la Iglesia Católica solo teme que alguien osado como Prisciliano ponga en peligro sus intereses particulares, intereses que el pueblo español ha pagado a lo largo de su historia a sangre y fuego. Baste recordar episodios como la batalla de Lepanto o Trafalgar, hechas con el único propósito de contentar a la Iglesia, la cual, ha manejado a nuestros diferentes Reyes como marionetas bastante bien. Pero, aparte del relato de Prisciliano, hay otro hecho que marca un punto de inflexión: la Expulsión de los Judíos. Más bien, el antisemitismo repugnante que a día de hoy seguimos teniendo en nuestro país. Es más conocido que los Reyes Católicos echaron a los judíos en 1492. Solo diré que ninguno de los dos era antisemita, de hecho, la madre de Fernando era judía, y una gran parte de la nobleza y del clero de la época, estaba compuesta por judíos conversos, porque no les quedaba otro remedio dicho sea de paso. Antes de la expulsión, estuvieron los Progromos de 1391.

Y cuenta la Historia que tras el fallecimiento de Juan I, hubo una crisis institucional importante, pues la corona recaía en la cabeza de un niño de 11 años. A finales de 1390, se produjo la destrucción de las sinagogas del arzobispado de Sevilla. Lejos de detener tales desmanes, el 6 de junio de 1391, la población de Sevilla, liderada por el arcediano don Ferrán, asaltaron la judería, en un acto que solo sería superado en siglos posteriores durante la célebre Kristalnach de 1938 durante el Tercer Reich. Pero este no fue el único atentado contra los judíos ese mismo año, pues se convirtió casi en un deporte, y se extendió a otras regiones de la península. En total, si sumamos las víctimas de todas las matanzas que se perpetraron, la cifra asciende a unas 50.000. Sinceramente, los Nazis no inventaron nada.

No nos vamos a detener en el reinado de los Reyes Católicos, ni en la época de Carlos V, pues vamos a viajar directamente a la cuestión principal que trata el libro y es en la que quiero poner más interés en esta primera entrega. Y es en las causas de por qué España es un país tan particular debido a que no abrazamos ciertas enseñanzas de la Reforma.  Principalmente en esa visión del trabajo como un castigo divino. Como botón de muestra de esas diferencias, voy a centrarme en el ámbito Educativo, que es la raíz de la que derivan todos los problemas.

“EL TRIBUTO PAGADO A LA CONTRARREFORMA (III): LA EDUCACIÓN”

En la Biblia, encontramos un pasaje en el que Moisés se despide de su sucesor, Josué, a quien le dice lo siguiente: “Nunca se apartará de tu boca este libro que es la Torá, sino que, de día y de noche, meditarás en él, para que guardes y te comportes de acuerdo con todo lo que está escrito en él, porque de esa manera prosperará tu camino y todo te saldrá bien” (Josué 1:8). Por otro lado, el capítulo 6 del Deuteronomio, pone especial énfasis en que los padres debían poder explicar a sus hijos los mandatos contenidos en la Torá, de modo, que se ha vinculado especialmente la religión a la lectura de un libro. Esto marca al pueblo de Israel, que desde ese instante es consciente de lo importante que es la alfabetización. Con el paso del tiempo nos hemos olvidado de que el cristianismo nace del judaísmo. No pasa nada, porque ya se han encargado de que ignorásemos este hecho, especialmente aquellos que dicen cosas como que Jesús era cristiano y católico, o que era el primer Revolucionario. En la segunda entrega analizaremos más a fondo el perfil de este tipo de paletos.

El caso es que Pablo de Tarso le dijo a Timoteo: “Desde la niñez conoces las Sagradas Escrituras, las cuales, pueden hacerte sabio para la salvación por la Fe en Cristo Jesús” (Timoteo 3:15). El Cristianismo podría perfectamente haber seguido esa senda igual que los judíos, siendo conscientes de lo importante que es la lectura para poder acercarse a las Enseñanzas de Dios, pero como hemos visto al comienzo, el Cristianismo a partir del Siglo IV experimenta una paganización que lo transforma en una Religión de Ritual, restándole importancia al Libro. Como consecuencia de esto, encontramos esa visión Medieval de que se podía ser piadoso, incluso Santo, y a la vez analfabeto. De manera que, saber leer y escribir no eran requisitos para conocer el camino de la Salvación. Los Protestantes siguen las enseñanzas de Timoteo y adoptan como única regla de fe y conducta la Biblia, un libro al que todos deberían poder acceder libremente y sin ataduras de jerarquía, porque es la Palabra de Dios, y “se explica por sí mismo”. A día de hoy, sigue imperando esa visión del libre acercamiento a la Biblia como una cosa maligna. Claro, porque eso supone que ya no se le podría decir a la gente lo que tienen que pensar y saber.

No es de extrañar que en la época de la Reforma, los índices de alfabetización fuesen muy superiores en los países protestantes a los católicos. Por ejemplo, Felipe II prohibió a los estudiantes españoles irse a universidades extranjeras por el miedo a que se contagiasen de esas ideas reformistas. Para que nos hagamos una idea más aproximada de la situación: En 1808, el 90% de la población española era analfabeta, de hecho, hasta el Siglo XIX no se dan los primeros intentos por cambiar esto, y es gracias a los Liberales y su Ley Moyano, que chocaba frontalmente con los intereses de la Iglesia, pues pretendía establecer una Educación Pública. A diferencia de los rumores que se lanzan sobre que los Protestantes solo querían educar a las élites, lo cual es una absoluta mentira, porque 300 años antes estos ya habían aprobado una ley de enseñanza pública para todo el mundo.

Y aquí nos topamos con el Gran Terror de la Iglesia Católica: el Liberalismo. Una corriente de pensamiento que tiene su origen en pensadores protestantes como John Locke, y que pretendía cosas “imperdonables” como la libertad de culto, de imprenta y de expresión. Supongo que ya habrá quedado claro en los párrafos anteriores que la Iglesia no era muy amiga de que la gente supiese leer para poder aprender, pensar, reflexionar, tener criterio y, en definitiva, Libertad para poder decidir qué hacer con sus vidas. El Liberalismo además suponía ponerle freno al brazo armado de la Iglesia, la Inquisición, que llevaba en nuestro país desde los Reyes Católicos, y no desaparece hasta el Siglo XIX. Si alguien no sabe lo que es la Inquisición, para que se haga una idea, solo tiene que ver alguna película que verse sobre la Alemania Nazi.

Fue el Papa Pío IX el que dijo: “El Liberalismo es Pecado”. Una enseñanza que la Iglesia se ha encargado muy bien de impregnar a los españoles desde hace siglos, y que continúa hasta el día de hoy, ya instalada en el subconsciente de todos. A continuación, reproduzco algunas perlas extraídas de la Encíclica Mirari Vos del Papa Gregorio XVI, artífice junto con Pío IX de la doctrina antiliberal de la Iglesia, que en tiempos futuros, adoptará la Izquierda en nuestro país, pero ya nos detendremos en esto en la segunda entrega. ¿Qué escribió su santidad Gregorio XVI?

SOBRE LA LIBERTAD DE CONCIENCIA DIJO:

De esa cenagosa fuente del indiferentismo mana aquella absurda y errónea sentencia o, mejor dicho, locura, que afirma y defiende a toda costa y para todos, la libertad de conciencia. Este pestilente error se abre paso, escudado en la inmoderada libertad de opiniones que, para ruina de la sociedad religiosa y de la civil, se extiende cada día más por todas partes, llegando a la impudencia de algunos a asegurar que de ella se sigue gran provecho para la causa religiosa…”

SOBRE LA LIBERTAD DE IMPRENTA:

Debemos también tratar en este lugar de la Libertad de Imprenta, nunca suficientemente condenada, si por tal se entiende el derecho de dar a la luz pública toda clase de escritos; libertad, por muchos deseada y promovida. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar qué monstruos de doctrina, o mejor dicho, qué sinnúmeros de errores nos rodea, diseminándose por todas partes, en innumerables libros, folletos y artículos…

Este individuo tan ejemplar no se contentaba con hablar solo de estos asuntos, también escribió sobre la separación de la Iglesia y el Estado, otra medida que querían los Liberales. Dijo lo siguiente:

Las mayores desgracias vendrían sobre la religión y sobre las naciones, si se cumplieran los deseos de quienes pretenden la separación de la Iglesia y el Estado, y se rompiera la concordia entre el sacerdocio y el poder civil”

Lo expresado a lo largo de estas páginas está sacado directamente del libro, y pretende ser un Super Resumen de lo que se puede encontrar en la primera mitad del volumen. Por otro lado, quiero mostrar a todos aquellos que tengan la mente abierta y no manchada por los prejuicios ni por el fanatismo, la realidad histórica de una Institución Humana, que durante muchos siglos se ha autoproclamado dueña y señora de las conciencias del pueblo, cuyo único objetivo ha sido el de engordar los estómagos agradecidos de los que trabajaban para ella. El miedo al Liberalismo, y por ende, a la Libertad viene de lejos y sigue presente en la actualidad. Y es que nuestra Fe, nuestras creencias, proceden de un Rabí llamado Jesús de Nazaret, que era Judío. Próximamente, la segunda y última entrega.